martes, 13 de septiembre de 2011

No lo sabemos aún


López le dan ventaja y se ubica a no más de tres puntos de Chávez (solo entre dos) lo que indica un empate estadístico, mientras el resto de los candidatos registran una diferencia mayor en ese reto. Parte como favorito en la contienda.
¿Esto significa que va a ganar? No lo sabemos aún. Los favoritos tienen una ventaja pero no están blindados. La política es relancina y se pueden producir eventos, espontáneos o inducidos, que volteen la tortilla.
Un elemento relevante que debemos analizar es el impacto del retiro de Rosales sobre Pérez. No me refiero solo a la migración de votos entre los dos. Haciendo un supuesto simplista de migración perfecta, la batalla posretiro de Rosales quedaría cercana a un HCR 40% vs Pérez 27%. Pero el futuro sigue abierto para ambos candidatos. En el caso de Pérez, su candidatura aumentará el conocimiento que tiene el país sobre él. Además se espera que logre concretar alianzas importantes con otros partidos, como AD y Copei y con algunos precandidatos actuales, lo cual podría ganarle votos, así como también la percepción de representar la unidad y controlar la maquinaria electoral. Una percepción de la que podría sacar ventaja… aunque también corre el riesgo de adueñarse del pasado, una variable que podría ser negativa en este momento.
Capriles también tiene margen de maniobra. Su estrategia inicial fue no salir abiertamente a la campaña. No la necesitaba mientras, estando solo, llenaba el vacío dentro de la oposición, sin el desgaste que una campaña larga podría tener sobre él. Es ahora, cuando parece claro su adversario circunstancial, cuando sale abiertamente al ruedo (incluyendo publicidad), y podría capitalizar. También es de esperar que Capriles intente consolidar alianzas directas con gobernadores y alcaldes, por encima de los núcleos de poder de Caracas, que tienden a unirse en su contra. Está claro que la fuerza de movilización no viene de los partidos (hoy debilitados) sino de los gobiernos regionales. Los partidos que controlan esos gobiernos heredan aparentemente esa fuerza. Pero, ¿controlan realmente a los gobernadores y alcaldes opositores en todo el país? No es tan fácil como parece. Habrá acuerdos directos que podrían dejar a muchos partidos como la guayabera.
Como si esto fuera poco, queda el tema de la habilitación de López. La declaración de la presidenta del TSJ deja poca esperanza a que se ratifique en Venezuela una posible decisión favorable de la CIDH. Pero conociendo el país, sabemos quien tendrá la última palabra en esto. La pregunta es: ¿le conviene al Gobierno habilitar a López para dar muestras de apertura y democracia a la vez que crea una mayor división dentro de la oposición? Y si lo hace ¿realmente Leopoldo tendrá tiempo de reposicionarse y picar en los soportes de los dos candidatos principales como para representar un peligro para ellos? Bueno, en política todo es posible

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